Sus miradas estaban tan conectadas y parecía que todo lo que los rodeaba, pasaba a un segundo plano desapareciendo después. Su distancia se estaba acortando, la mirada de Paolo viajaba de los ojos a los labios de la más joven. Vanessa sentía sus mejillas arder y rápidamente depositó un beso en los labios de su compañero, al deparar en lo que había hecho, corrió con presteza a su habitación. Paolo quedó como una estatua por unos segundos dándole el tiempo a Vanessa de cerrar con seguro su habitación y esconderse debajo de las sábanas a causa del sonrojo que la instintiva acción le dejó como resultado.
—¡Vanessa! — exclamó Paolo hecho un tomate andante. —Pero ¡¿Qué?! — exclamó mucho después llevando lentamente una de sus manos a los labios.El corazón del joven heredero amenazaba con sali