31.
JUDE
Para cuando regreso al hospital, pasado el mediodía después de asegurarme de que Isabella realmente se fuera de la mansión, porque no pretendía de ninguna manera alargar esto más de lo que debería.
Llevamos mucho tiempo con este problema y no pensaba esperar a que Isabella se atrincherara de nuevo en su habitación para que mi padre me llamara. No, me quedé hasta que sacó todas sus cosas del cuarto y como último acto de buena fé me aseguré de que nuestro chófer la llevara donde quisiera.
Cuando salió ni siquiera me miró, y por mí está bien. Entiendo que esté molesta, que incluso le duela la situación, pero como dije, duró demasiado.
Para cuando regreso al hospital me sorprende ver la cantidad de reporteros esperando en la puerta. Apenas bajo del coche uno de ellos me ve y se me acercan todos, como si fueran un puto enjambre, dejando sus micrófonos frente a mi cara, sus cámaras apuntándome y cerrando el paso hacia la entrada de emergencias.
No entiendo nada, hasta aturdido me sient