Esa noche Hana pidió a Ashraf la visitara en su apartamento porque había llegado el momento de poner las cartas sobre la mesa.
Ashraf quiso besarlo pero ella lo esquivo y nuevamente él se llenó de aprehensión.
Nunca podrían ser totalmente felices y anhelar tener días de paz estaba prohibidos.
Hana no se iría por las ramas y fue directo al preguntar
—¿Quién es Meriyan Sariyan?
El semblante de Ashraf cambio por completo, sabiendo que había cavado su propia tumba al guardar el secreto y seguro que fue su padre quien descubrió todo.
—Fue mi padre, que te lo dijo-fue una afirmación-, ¿vino a verte?