Habían pasado días desde que Ashraf y Hana tuvieran la discusión y en ese tiempo Ashraf no había intentado tocarla nuevamente. Por su actitud denotaba que aun seguía disgustado.
Vaya que era rencoroso.
Y ahora Hana se desbanaba el cerebro pensando que hacer para ganarse de nuevo su confianza y respeto.
Ella no solo estaba sufriendo por su indiferencia, sino también por la abstinencia y es ella se habíavuelto adicta a su cuerpo, anhelaba que el pudiera volver a hacerla suya, estaba famélica por sus besos y caricias.
El había despertado su pasión dormida de mujer apasionada, viva y completamente enamorada, y ahora le negaba ese derecho que tenia como su esposa.
Acaso el no la extrañaba, no la deseaba, no tenia necesidad de entregarse a su pasión. Por Allah, era un hombre con mucho autocontrol.
Esa noche co