Zora, satisfecha con su victoria, se acercó, su sonrisa maliciosa indicando la promesa de más sufrimiento. La miré, manteniendo mi furia contenida. Zora no sabía lo que era rendirse, y no podía permitir que ganara tan fácilmente.
Zora, satisfecha con su acción, se acercó a mí, sus ojos brillando con un placer cruel. Tenía un plan, y sabía que debía actuar con cautela para evitar más pérdidas.
"¿Sabes lo que voy a hacer ahora, Fierce?" Zora provocó, una sonrisa maquiavélica bailando en sus labios.
Enfrenté a Zora con determinación y respondí con firmeza, aunque mi corazón estuviera pesado por el duelo por la pérdida de Cierce: "Te mataré".
Una risa resonó de los labios de Zora, resonando en la clareira como una siniestra sinfonía. "Oh, Fierce, eres tan predecible. No, no dejaré que me mates. Y tampoco te mataré ahora. Tengo otros planes para las dos."
La miré desafiante. "¿Qué pretendes, entonces?"
La sonrisa de Zora se amplió, reveland