GRIS
Observo el menú y lo cierto es que no se me antoja nada, a más de que todos los platillos que aparecen en la carta son demasiado costosos, con uno de estos sobrevivía una semana, Nathaniel le pide lo suyo a la mesera, la cual no deja de mirarlo como si fuera un panquecito a punto de devorar. El que me invitara se debe a lo mal que se siente por haberme dicho esas palabras.No lo culpo, es normal, una chica como yo no es para tipos como Dylan y él. Ellos merecen a su lado a mujeres hermosas, poderosas, como Ashley Green.—¿Has elegido? —me pregunta con amabilidad.—La verdad es que no tengo mucha hambre —niego.A veces me siento como una anciana cuando apenas tengo veintitrés años.—Si quieres puedo pedir por ti…—No sé italiano —confieso con un poco de vergüenza.Y es cierto, pese a no entender nada, con solo ver la imagen colocada a un lado del nombre y el precio, es suficiente para sabe