—La Ciudad Xochimilco no es la ciudad de su secta Secta Sin Espacio, ¡es propiedad de todos los guerreros que ingresan al Mundo de las Maravillas! Escúchenme, ¡los llevaré a todos a asaltar la Ciudad Xochimilco!

Estas palabras instantáneamente detonaron la ira de todos los practicantes dispersos presentes. En este momento, también creyeron en las palabras previas de Fane. Aunque su fuerza podría no ser igual a la de estos individuos, ¡no querían ser tratados como bestias de carga por ellos!

—¡Exacto! La Ciudad Xochimilco no pertenece a Secta Sin Espacio. Sus discípulos son viles y despreciables, extremadamente dominantes. ¡No podemos permitirlo! Esos cinco individuos probablemente ya estén muertos, ¡así que vamos a buscar justicia por nosotros mismos!

—¡Sí! ¡Tiene razón! ¡Vamos a recuperar la Ciudad Xochimilco, no pertenece a su secta Secta Sin Espacio!

Fane ahora había ganado el apoyo unánime de todos los practicantes dispersos. Durante muchos años, habían sido oprimidos por miembros