“¡Nunca pensé que realmente existiera un lugar como este! ¡Esto es prácticamente un paraíso para nosotros, los alquimistas!”.

Kevin miró la fortaleza de tamaño modesto, la emoción se podía ver en su expresión.

Cuando los tres caminaron hacia la entrada de la ciudad, vieron a mucha gente vendiendo sus productos en las puertas.

“Hierba de dragón del cielo de segundo grado elemental, no es necesario usar hierba espirituosa para intercambiarla. ¡Solo se necesita cien piedras espirituosas de calidad superior!”.

Un gordo comenzó a pregonar sus mercancías mientras estaba sentado en el suelo con las piernas cruzadas.

"¿En serio? ¿Cien piedras espirituosas de calidad superior para comprar un solo tallo de hierba de dragón del cielo? ¿No estás estafando a la gente? Estás siendo demasiado codicioso, Hermano”.

En ese momento, algunas personas también se dirigieron a él, y una de ellas comenzó a quejarse y gritarle al gordo.

El gordo solo esbozó una leve sonrisa. “No saben que esto tiene mil