Escena V

JOVEN: ¡Ahora sí les interesa Dios, descarriados! ¡Me dan todo lo que tienen o los quiebro aquí mismo!

JUAN: (Aterrado) ¡Por favor, hermano, no nos haga daño!

JOVEN: Ah, ahora sí me hablas, verdad… ¡Ahora sí soy tu hermano! ¡A qué te doy un plomazo para que seas serio y leas la biblia! (Ríe a carcajadas. Saca un cable que llevaba escondido y se lo entrega a IAVANA) ¡Toma, átale las manos! (IVANA obedece, actúa con torpeza) ¡Muévete, pues! ¡Muévete que ya estoy perdiendo la paciencia, y cuando pierdo la paciencia me dan ganas de disparar mi pistola!

IVANA: (Nerviosa) ¡Está bien, joven, pero tranquilícese!, ¡no se le vaya a escapar un tiro!

JUAN: ¡Si quiere llévate todo, pero no nos lastimes!

JOVEN: ¡Cállate la boca! (Señalando la pistola) ¿O quieres llevar plomo? ¡Mira que los domingos amanezco con el pulso delicado! (A IVANA) ¿Listo? (IVANA asiente) ¡Ahora voltéate que te toca!

IVANA: (Consternada) ¡Qué! ¿Cómo así? ¡Ay, no, por favor!, ¡quiero llegar intacta hasta el altar!

JOVEN: Que te toca ser amarrada, chica. ¡Apúrate si no quieres que te despache al otro mundo por andar de malpensada! ¡Ya quisieras tú que yo te ponga las manos encima! (IVANA se voltea mientras el JOVEN ata sus manos. Luego la sienta junto a JUAN). ¡Es que hasta me la pusieron bombita: no tengo ni que gastar energía destruyendo todo porque ustedes ya lo hicieron! (A IVANA) ¡Hasta este sinvergüenza me ahorró la molestia de golpearte! (Transición) Ahora, a saquear este lugar. ¡Voy a empezar por el baño! Me pareció ver pasta dental y champú del bueno. (Se dirige al interior de la casa).

IVANA: (Suplicante. Para sí misma) ¡Por favor, que no se lleve el bolso con el dinero!, ¡qué no se lo lleve! ¡Diosito, te juro que si me ayudas empezaré a ir a la iglesia todos los días! (Pausa) Bueno, tres veces por semana… O mejor los sábados por la tarde…

JUAN: ¿A quién quieres engañar? Sabes bien que no irás…

IVANNA: ¡Tú cállate, que la culpa de todo esto la tienes tú! ¡Si no me hubieras obligado a acceder a tus retorcidas intenciones nada de esto hubiera ocurrido!

JUAN: (Indignado) ¡Tú sí que eres descarada! ¿Acaso yo te puse una pistola en la cabeza? Tú accediste porque en el fondo también querías el dinero. ¡Aprende a asumir tus responsabilidades! ¿Ahora te vas a lavar las manos como Judas?

IVANA: ¡Idiota, el que se lavó las manos fue Pilatos! Judas fue el que besó a Jesús.

JUAN: (Asombrado) ¿El que besó a Jesús? ¿Hablas en serio?

IVANA: Sí, en la boca.

JUAN: ¡Y en la boca! Vaya… Yo pensaba que esas desviaciones solo ocurrían ahora. (Transición) ¡Bueno, Pilatos, Judas, o quien sea, da lo mismo…!  Igual, saber eso no te va a quitar lo pecadora.

IVANNA: (Indignada) ¡Mira, Juan, no me hagas molestar más de lo que ya estoy, porque soy capaz de soltarme y darte tu merecido! ¡Yo solo acepté porque necesito el dinero para pagar la operación de mamá! ¡Jamás se me hubiera ocurrido hacer algo tan bajo por capricho! ¡Eres un corrupto, un delincuente, un inmoral, un sinvergüenza, un…!

JUAN: ¡Bueno, ya!, deja tus ofensas y tu moralismo estúpido que eso no va a sacarnos de este embrollo. No sé si estás enterada, Turroncito, pero la moral no se come, no sirve para vestirse, y mucho menos para pagar nada ¿Por qué no le dijiste al doctor que le pagarías la operación de tu mamá con virtudes y buenas costumbres? ¡A ver qué te iba a decir! Lo cierto es que ahora, por andar de santurrona, nos quedaremos sin dólares, sin operación para la suegra, sin viaje al exterior y sin hijos gringos. Es decir, ¡sin chivo y sin mecate! ¡Solo esperemos que este infeliz no nos haga daño!

IVANA: Un momento… ¿Y eso qué tiene de malo? Hasta hace un rato estabas de parte de los delincuentes. (Sarcástica) A ver, según tú: ¿qué tipo de ladrón es este? ¿Un parásito o un rebelde? Si quieres le preguntamos para ver qué te dice. O no… ¡mejor lo ayudas y se quedan con todo! Digo, como estás tan familiarizado con el oficio. ¡Capaz y se hacen grandes amigos!

JUAN: ¡Ya! ¿Quieres? (En voz baja) Aunque pesándolo bien, ganas no me faltan.  

IVANA: ¡Qué dijiste!

JUAN: ¡Nada! Mejor busquemos la manera hacer para zafarnos.

IVANA: (Piensa) ¡Ya sé! ¿Y tú pistola? ¡Sí! Con ella puedes neutralizarlo.  

JUAN: (Irónico) Cariñito mío, no traje mi arma. Como no me dijiste para qué querías que te acompañara a casa de tu jefe no pensé que fuera necesaria. (Transición) ¡Ah, ya sé! ¿Dónde está tu teléfono? Con él podemos pedir refuerzos.

IVANA: ¡Está dentro de mi cartera! La dejé sobre el velador. ¡Voy por él!

JUAN: ¡No! ¿Estás loca?  ¡Podría escucharnos y llamar su atención! Mejor usemos el mío.

           

IVANA: ¡Perfecto! Me parece una idea brillante.

JUAN: Pero hay un pequeño detalle.

IVANA: ¿Cuál?

JUAN: No tengo saldo… Y aunque tuviera, la señal no es muy buena que digamos.

IVANA: Juan, ¿y para qué demonios nos serviría un teléfono sin saldo en este momento si no podemos llamar a nadie con él?

JUAN: Qué sé yo… Por eso pregunté primero por el tuyo. ¡Ya sé, podríamos usarla como arma! Se lo podemos aventar, con un poco de suerte podríamos noquearlo.

IVANA: Mejor eso que nada…

JUAN: Pero hay otro problema.

IVANA: (Arisca) ¿Y ahora qué?

JUAN: Lo tengo guardado en el bolsillo de mi pantalón.

IVANA: ¿Y cómo lo sacamos de ahí si estamos amarrados, genio?

JUAN: Tampoco puedo proponer todo.

           

IVANA: (Piensa) Tengo una idea. Trataré de sacarlo con la boca.

JUAN: ¡Magnífico! ¡Pero hazlo rápido antes de que regrese ese desgraciado! 

JUAN se pone de pie. IVANNA queda de rodillas y se dedica e intenta extraer el teléfono desde uno de los bolsillos del pantalón de Juan. IVANNA queda de espaldas al público.

IVANA: No te muevas tanto…

JUAN: Rápido que puede salir en cualquier momento.

IVANA: ¡Guarda silencio que me desconcentras!  

JUAN: Aprieta más fuerte para que no se resbale. ¡Ya casi, ya casi!

Entra el JOVEN, vine con varias bolsas repletas con productos alimenticios y de higiene personal.

JOVEN: ¡Qué suerte conseguir todo esto! (Advierte la acción que realizan IVANA y JUAN y la confunde con un acto lascivo. JUAN e IVANA no advierten su presencia).

JUAN: Así… así… así… Vamos, un poco más rápido. ¡Más rápido!

IVANA: No te muevas tanto que se sale…  

JUAN: ¡Eres una experta con la boca, Turroncito!

IVANA: ¡Ya se asoma, ya se asoma!

JUAN: Ya casi, ya casi… Un poco más y sale por completo.

JOVEN: (Horrorizado) ¿Pero qué cochinada están haciendo ustedes dos? ¡Dios mío santo! (Se persigna) ¿Pero no les da vergüenza? ¡Al menos hubieran esperado a que me fuera!

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo