—¿Qué tipo de complicaciones? —preguntó el CEO Rochette.
El doctor tomó aire.
—Ella presentó sangrado abundante, contracciones prematuras y signos de sufrimiento fetal. En términos médicos, son señales abortivas claras; los mellizos intentaban venir al mundo antes de tiempo. Hemos intentado estabilizarla, pero… —lo miró con firmeza—. Necesitamos practicar una cesárea de urgencia ahora mismo. Si no lo hacemos, ambos… ella y los bebés… podrían no sobrevivir.
Un silencio pesado cayó entre ambos.
¡Margot se había enterado de que estaba embarazada de mellizos tres meses atrás!
Al comienzo fue un golpe duro… Después, una doble bendición para una mujer que ya había perdido a un bebé en un aborto involuntario.
Tristan asintió, con la tensión crispándole los hombros.
—Hagan lo que tengan que hacer.
—Ya la hemos trasladado al quirófano —informó el doctor—. El equipo neonatal está listo para recibir a los mellizos; con solo veintiocho semanas de gestación, necesitan quedarse ho