Apenas cerró la llamada Meredith lanzó un grito de alegría:
— ¿Te das cuenta Benjamín? La suerte está de nuestro lado, Nathan en vez de dar doscientos, no dará cuatrocientos millones, ésto es maravilloso, no te parece?
Benjamín entre cerró los ojos y dijo:
— ¿Y si es una trampa?
Meredith echó su rostro hacia atrás en señal de sorpresa, pero le pareció absurdo lo que dijo su hijo y respondió:
— No lo creo, conozco a Nathan, ya tenía los cincuenta que habías pedido y estaba dispuesto a entregarlos, te lo dije mi niño, Nathaniel por esa mujer está dispuesto a dar toda su fortuna si se la pedimos, ¡está enamorado! ¡Ese muchacho se coló por esa pobretona!
Benjamín entonces se lamentó de su situación diciendo:
— ¿Te das cuenta mamá? ¡Debimos ser más inteligentes y esperar a ésta y convencerla para que fuera mía!—su voz sonaba resentida— tendríamos todo de Nathaniel Hastings ahora.
Meredith movió su cm cabeza en señal de desaprobación y respondió:
— En eso no estoy de acuerdo contigo hi