Irene ya había llegado primero a este restaurante. Al ver a Irene, Estrella no pudo contenerse más y se lanzó a abrazarla, llorando en voz baja.
—No te preocupes, Estrellita, estoy aquí. —Irene, con el corazón apretado, la consolaba.
Bella siempre ha sido de palabras duras pero corazón blando, así que no era buena para consolar a otros. Además, la personalidad de Estrella, un poco débil y fácil de intimidar, hacía que Bella a menudo le enseñara a ser más firme, lo que llevó a que Estrella le tuviera un poco de miedo.
Por eso, al ver a Irene, se atrevió a llorar y a mostrar sus verdaderos sentimientos.
—¡Fue esa de enfrente quien le echó la bebida a nuestra Estrellita! —dijo Bella al lado. Irene levantó la vista.
Esa chica, que originalmente había escuchado de una amiga de Majotán que las prendas de Estrella eran muy exclusivas y no se encontrarían fácilmente, decidió llamarla.
Pero Estrella no le hizo caso, diciendo que sus ideas no coincidían. Fue entonces cuando, en un ataque de ira,