Juan tenía una expresión seria en su rostro.

—Como actriz, deberías saber que lo que más se detesta en esta industria es el interés excesivo en la vida privada de los ídolos, sobre todo los fans que siguen a sus ídolos.

—Sí, sí, lo sé.

Sofía asintió rápidamente, y explicó:

—Sí, me gusta Manuel, eso es cierto, pero no me considero una fan suya. No haría algo así, puedes estar tranquilo.

Después de decir eso, Sofía pensó en darse la vuelta y marcharse. Pero si lo hacía, ¿no sería como admitir ante ellos que los estaba siguiendo?

Por un instante, Sofía estaba indecisa, sin saber si irse o quedarse. En ese momento, se dio cuenta de que la habitación de enfrente parecía ser la de Noa. Una sonrisa de felicidad apareció en su rostro. Levantó la mano, apuntando hacia la habitación, e intentó hablar, cuando vio a Manuel presionando el timbre de la puerta con sus largos dedos.

Sofía estaba asombrada. ¿Qué estaba pasando? ¿Acaso Manuel se había equivocado de habitación?

Sofía quiso acercarse par