Al escuchar esto, Manuel le lanzó una mirada a Juan y le recordó con sus delgados labios:
—Juan, saber demasiado puede traerte problemas.
—Siempre tienes que ser tú.
Mientras decían eso, entraron al ascensor. Dentro había una chica en traje de escena. Miraba su teléfono y enviaba mensajes. Cuando les escuchó entrar, levantó la cabeza un momento y luego volvió a bajarla. Después de unos segundos, levantó rápidamente la cabeza de nuevo y sus ojos se encontraron con los de Manuel, mostrando una expresión de sorpresa.
Sofía miró incrédula a este hombre guapo y distante frente a ella. ¿No estaba equivocada, verdad? ¿Este… este era Manuel?
Aún estaba pensando en esperar unos días y fingir ser una visitante para ver a Manuel cuando comenzara a filmar. Pero al final él había aparecido ahí. Y también en el mismo ascensor...
Ah, ah, ¿qué estaba pasando?
Emocionada y sin poder contenerse, Sofía levantó su teléfono, apuntando directamente a Manuel.
Juan frunció el ceño e instintivamente se puso de