—Marlon David, no molestes a los señores.
Cuando escuché el nombre del niño, mi corazón se detuvo, en ese momento recordé cuando estaba en la cama con Fernanda
Ella estaba a mi lado, nuestros cuerpos estaban completamente desnudos, la habitación estaba en penumbras, sólo una pequeña luz de una lámpara de noche alumbraba nuestros cuerpos, ella con sus manos delineaba mi pecho, luego mi abdomen, bajaba a mis piernas y luego volvían a subir, dejando que mi respiración agitada acompañara el movimiento de sus manos.
Yo al igual que ella comencé a trazar con mis labios toda su figura, deteniéndome en cada una de sus curvas, cuando llegué a su abdomen mis labios se detuvieron, allí pegado a su abdomen le susurré.
—El día que tengamos un hijo, ¿le vas a poner mi nombre?
—Sí amor, por supuesto, además me gusta tu nombre.
—¿Cómo lo vas a llamar?
—Marlon David.
—¿Y por qué David?
—Porque va a ser un guerrero igual que tú, se va a enfrentar a l