Patricia había llegado al restaurante donde trabajaba Leonardo, estaba muy nerviosa ya que el tener que verlo de nuevo frente a frente, significaba para ella tener que lidiar con el recuerdo de Guillermo. Era realmente impresionante el parecido tan grande que tenían los dos, y en el fondo tenía miedo de que sin darse cuenta terminara mezclando sentimientos por ese gran parecido.
Se sentó a una mesa y enseguida el mesero se acercó a ella mientras le ofrecía la carta con el menú.
— Buenas tardes señorita, ¿Desea ordenar?
— La verdad es que estoy buscando al chef, el señor Leonardo Boss.
— ¡Claro enseguida le llamo! ¿Me podría decir su nombre por favor?
— Sí, dígale que lo busca Patricia Palermo.
— Muy bien, enseguida regreso.
Patricia miraba de un lado a otro, sentía que no estaba segura de si estaba haciendo bien o no, pero de igual forma debía notificarle a Leonardo lo de la herencia.
Tomaba un poco de agua, luego respiraba profundo y trataba de controlar sus manos temblorosas,