Diego se quedó en silencio.
—Ya que no tienes ninguna solución, ¿por qué no escuchas mi opinión?— Manuel aprovechó para proponer su sugerencia. Diego miró a Manuel con desconfianza; si ni siquiera él podía resolverlo, ¿qué podría hacer un simple estudiante universitario?
Ante la mirada escéptica de Diego, Manuel sabía perfectamente lo que estaba pensando. Con indiferencia, lanzó una mirada a Diego y dijo:
—Me apellido Souza.
Esa frase hizo que Diego pensara en algo.
El apellido Souza, una persona que decía tener una solución para este asunto, le recordó a una familia. Era una familia prominente en el ámbito político.
La mayoría de los miembros de su familia eran figuras importantes en la política, y cada uno ocupaba altos cargos, conectando diversas regiones. Además, eran conocidos por su integridad y rectitud. Se les podía considerar pilares del Estado. Podrían prescindir de cualquier otra persona, pero si el país perdiera a los Souza, probablemente sufriría un gran golpe.
Él se sorp