El resto de la fiesta es algo confuso ante mis ojos, bailamos y seguimos riendo sin parar, pero yo… No puedo dejar de pensar en esa mujer, la manera en la que ella me habló y como me empujó contra la pared, es aterrador.
Después de una noche tan maravillosa, los cuatro regresamos a casa, cuando pasamos por la puerta principal, William y Aaron casi caen al suelo por lo ebrios que estan, asi que mirándonos en medio de la oscuridad del salón, Summer y yo nos reímos, ayudando a nuestros respectivas parejas para llevarlas a la habitación sin que desfallezcas.
—Que pesado… Eres —me quejo avanzando a duras penas hasta la cama, donde dejó caer a Aaron—, tienes que pensar en bajar de peso.
Antes de que pueda suspirar, Aaron me sorprende tomándome de la cintura y jalándome hacia la cama, haciéndome caer sobre él y sacándome varias risas.
—¿Qué crees que haces? —pregunto divertida.
—¿Estás segura de que debería bajar de peso? —pregunta él con un tono sugerente.
Tomando el borde de su camisa, Aar