Stefano se detuvo en seco, se dijo a sí mismo que no debía siquiera prestarle importancia a lo que la mujer le estuviera indicando, porque probablemente era mentira, sin embargo, y a pesar de su oposición terminó escuchándola y preguntando.
—¿Quién se llevó a tu hijo? ¿Su padre? —Ornella miró a Ste