Capítulo L. El paseo
Llegó la noche y como ya es costumbre tuve que esperar la llegada de mi esposo dentro de la habitación VIP.
- Al fin hemos llegado - dijo Pablo al entrar a la recámara - necesito de ver dos botellas enteras de champaña - dijo mientras se quitaba el saco.
- ¿Qué fue lo que pasó allá afuera? - pregunté.
- Todas las mujeres que se dieron cuenta de que él viene conmigo lo encontraron atractivo y comenzaron a abalanzarsele sin temor alguno - me respondió Leonard entre risas.
- ¡No solo fue eso! - dijo Pablo con una gran molestia - tres de ellas jalaban el cuello de mi camisa y de mi corbata para llevarme a su habitación - comenzó a beber directamente la botella de champaña como si no hubiera un mañana - pero qué patético es todo esto - dejó de beber y la botella quedó hasta la mitad.
- Tengo algo para proponerles a ambos - dije con temor.
- ¿De qué se trata? - me pregunta Leonard.
- Deberíamos comenzar a seguir los pasos de Martha y de Roger - estoy segura de que ellos también saben el