Sin mucha convicción de qué hacer suelto:

"¡Buenas noches!" - tímidamente.

"Buenas noches, ¿trabajando hasta tarde?"

"¡Como tú!"

"Sí, como yo, no tuve elección, tuve que hacerlo"

"Así es... ¡así fue para mí también!"

"¿Te vas a casa?"

Qué conversación tan extraña, ¡ni siquiera me reconozco! ¿Pero qué puedo hacer? Son las cosas malas que les pasan a los que, por un momento, se abren sobre sí mismos de una manera más íntima.

"Sí... los chicos se reúnen para la hora feliz, pero no me apetece"

"¡Qué pena!"

¿Cómo que "qué pena"? Parece importarle, pero decido preguntar:

"¿Por qué?"

"¡Por un momento pensé en invitarte a comer algo!".

"Lo siento, en otra ocasión, ¡quién sabe!". - Respondo

"Bueno, puedo llevarte a casa de todos modos, tengo a Erico esperándome"

"Gracias, de todas formas cogeré el metro"

"Oh vamos Stela , es sólo un aventon... no voy a hacer nada que no quieras... es sólo un aventon, ¿qué tiene de malo?".

Pienso si aceptar o no, porque me pesan un poco los pensamientos, en alg