—Buenas tardes, señoritas.
Saludó Diago con su voz gruesa.
—Buenas, tar...
— ¿No le parece que esto ya es un acoso?
Interrumpió Aileana a Beth que contestaba sonriente el saludo de Diago.
Aileana colocó sus manos sobre su cadera y su rostro se tornó molesto.
— Además, ¿cómo sabe que yo estudio aquí?
Diago sonrió.
—Cuando me mudé a este lugar, me dijeron que los escoceses eran muy educados, pero debo decirle, señorita, que usted es la excepción.
— Aún no me contesta lo que pregunte.
Él resopló.
— Estaba dando una vuelta por estos sitios y las vi... En realidad no es acoso, solo quería ser gentil con ambas e invitarles un café.
Los ojos de Beth se iluminaron, mientras que los de Aileana se entrecerraron con mucha desconfianza.
__ Se lo agradecemos pero...
__ ¡Aceptamos!
Aileana miró confundida a Beth porque ella había sido clara en expresarle lo que él le provocaba y ella había aceptado sin importarle absolutamente nada, inmediatamente pensó en zafarse de la situación, per