Capítulo 226.
La sensación de peligro es una situación común y permanente en ese lugar, que prácticamente se vuelve en un tercer compañero para Mila y Luisa.
— Solo dilo— exige la bruja al mismo tiempo que hace unos pequeños destellos de luz en sus manos como forma de canalizar el nerviosismo que la tiene alterada— ayúdame a entender, por qué no lo haces de una vez.
En ese momento Mila respira de forma profunda, tratando de contener la incertidumbre que la recorre y el miedo incontrolable a equivocarse, a provocar más daño que bien.
— Si mis sospechas son correctas e intento despertarla podría no ser perdonada jamás por la manada… Si algo no sale bien…
— ¡¿De qué…?!
Ese momento la puerta de la habitación se abre y Gerardo entra con un rostro lleno de desesperación
— Alguna noticia, ¿alguna novedad? ¿Ella ha despertado?— la inquietud y la necesidad de saber que la luna se ha encontrado bien era prácticamente la prioridad más grande del guerrero
— Por el momento solo hay una posibilidad — susurra