03. Enamorado de una omega

Wyatt King

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Wyatt King

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Me mantuve con un semblante serio, respiraba un poco su rico perfume con aroma a rosas, seguía oliendo igual que ayer. Era un aroma adictivo, cerré mis ojos mientras tapaba mi rostro con el periódico aparentando leer algo, pero no podía poner atención a algo más mientras estaba junto con esa omega.

Se miraba nerviosa, juntaba sus labios en un puchero con sus mejillas sonrosadas. ¿Recordará lo que paso?, aún sigo pensando en su comportamiento infantil en esa mañana. No había sonreído en años por aquellas cosas. No lograba reconocer este sentimiento que aprieta mi corazón con tanta fuerza al verla o pensar en ella.

Estaba exagerando mientras pensaba en ella, quería saber si estaba bien o si ocupaba algo esa mañana. Quería que despertara y me viera cocinar para ella, recordaba a cada segundo lo que ocurrió. Quería olvidarlo y hacer caso omiso a lo que mis pensamientos pedían, lo que mi naturaleza pedía tenía que desaparecer.

— Gracias, señor —.

Giro mi rostro con rapidez, ella sale con prisa y la miro subir aquellas escaleras del hospital de su familia. Me enojo de solo pensar que me gusta una omega y no sé cómo eso sucedió. Sus ojos grises son hermosos y me siguen a todos lados, es imposible no perderme en mis pensamientos sobre ella, unos llenos de preocupación.

— Señor, ¿conoce a esa chica? Hace mucho que no veía a una chica a su lado, ¿sus padres saben de ella?, ¿no cree que podría ser considerada para su esposa? —.

— Es linda, ¿no? Pero ya está apartada para mi hermano, ya sabes William es el doctor de la familia. Y ella es una Greenbil, desde pequeños nuestros padres han dicho que casarían a William con ella —.

— Lo entiendo, señor, ¿pero si escucho lo que dijo? Nunca antes había dicho que una omega fuera linda, podre decir una locura y ser despedido, pero... me gustaría que ella fuera su esposa. Parece que le entristece que ya esté decidido que se casara su hermano con ella, creo que no estaría bien que él se quede con algo que usted quiere como siempre es usual —.

— Richard, no vuelvas a tocar este tema. Te despediré si de nuevo dices eso —.

Regrese mi vista al periódico viendo de lo que se habla, parece que han promovido a mi hermano a un puesto más alto en el hospital. Me siento celoso, él la tiene a ella y yo solo me tengo que hacer a un lado, aunque me haya acostado con ella.

Era linda en esa mañana, se veía bella mientras se removía en la cama. Parecía despreocupada mientras me buscaba aún con los ojos cerrados. Aquella resaca se quitó en cuanto ella sonrió para mí apoyando su cabeza en mi hombro y murmurando cualquier cosa, parecía soñar algo, decía amarme con un 'alfa' al inicio, después de un 'te amo' y cuando abría sus ojos me sonreía.

Tengo que olvidarla.

No puedo dejarme engañar por una omega como ella, con una sonrisa hermosa y unos ojos brillantes. Dejaría a la deriva todo lo que me he esforzado y todo lo que he arriesgado. Mis hermanos disfrutan de todo gracias a mí, y eso es bueno, yo no podía disfrutar de las cosas con facilidad por tener que hacer lo que mi padre pide.

— Señor, ¿se encuentra bien? —.

— Nunca he estado mejor como en estos momentos —observo mi teléfono por un momento, un pensamiento de querer que ella me llame aparece en mí—. No necesitaré que vengas por mí, tengo trabajo que hacer, ve a casa y descansa con tu familia —.

— Qué jefe tan considerado tengo, ¿quiere que investigue a aquella omega? —.

— No, no lo hagas. Déjala en paz —.

Salí del auto, fui recibido por mis empleados. Todos parecían murmurar cosas, sus ojos siempre juzgaban a mi familia y nunca les podría dar algo para que hablaran de mí. Suspire un poco mientras escuchaba hablar a mis dos secretarías, era indispensable que me metiera en el trabajo que tenía para poder hacer a un lado a aquella omega.

Baje mi mirada queriéndome esconder al ver a mi madre correr hacia mí, ella había sido la única omega que no odiaba, pero ahora en mis pensamientos hay una omega que es prohibida para mí y que por un error ocurrió lo que ocurrió.

— Preparen las cosas para la reunión, yo estaré ocupado —.

— Cariño, estoy muy feliz de verte por fin. Las llamadas no eran suficiente mientras estabas en el extranjero, quería ver con mis ojos que mi hijo mayor estuviera bien. Y por lo que veo has aumentado tu masa muscular, ¿qué habíamos dicho de no volverse intimidante? —tomo su mano poniéndola en mi brazo y subo con ella el elevador—. ¿Cómo conseguirás esposa con esa apariencia? Quiero nietos y ninguna omega se acercará a un Alfa tan terrorífico —.

— Madre —.

— También, te había dicho que no trabajaras. Debes de tomarte un descanso y no lo has hecho, tus trabajos en el extranjero dieron frutos, pero no has descansado. Deseo que vayas a casa para poder cuidar de mi hijo, no me gusta que descuides todo por el trabajo —.

— No me descuido —.

— Claro que lo haces, no le mientas a tu madre —hace un puchero que tanto odio—. Dejando eso a un lado... Richard me dijo que vio a una chica hoy contigo y es omega, ¿algo que me tengas que decir? Aparte en el hotel me dijeron que una chica entro contigo y las características que me dieron son las mismas —.

 — Todo lo que te digan es falso, odio a las omegas —.

— Yo no te eduque de esa forma, mi niño, y sobre la chica nada es falso. Recuerda, hay cámaras en el hotel y reconozco a esa chica, ¿te gusta la hija de los Greenbil? —.

Miro hacia un punto fijo, es imposible decir que me guste alguien cuando ni siquiera conozco de esa persona y solo pase la noche con dicha persona. Estaría mintiendo si dijera algo en este momento, pero aun así, la ternura de esa omega no me disgustaba en absoluto. 

Suspire algo rendido y me senté en mi silla mirando como mi madre sonreía, me confundía, sé que ella no debía de estar feliz, puesto que esa omega esta comprometida con mi hermano desde que recuerdo. Está dicho desde que mi hermano tiene 6 años, nada cambiara por unos sentimientos vulgares.

— No madre, no es algo en lo que debas de poner atención. Solo fueron casualidades y es mejor dejarlo de esa forma —.

— Ay, diosa, a mi hijo le gusta una omega —la miré detalladamente mientras se sentaba—. Puedo cancelar dicho trato, siento que no debemos de interferir entre el amor joven. No quiero que mi nueva hija esté disgustada en su matrimonio y si mi niño mayor la hace feliz, ambos deben de estar juntos —.

— Madre, ¿te estás escuchando? —.

— Me escucho perfecta, es momento de que seas algo egoísta. Al menos has que lo que dicen de ti sea cierto por un instante. Te arrepentirás si ella se casa con tu hermano y no contigo, aparte tu hermano no la merece, le hemos dado todo y ahora dejo su educación en el aire —.

— ¿En serio? —.

— Tu padre... ya se cansó de regañarlo, eso es por lo que también vengo. Tu hermano te respeta mucho, así que habla con él, solo derrocha dinero y no se preocupa por lo que dicen de él. Ya estoy harta de esconder su mala imagen —.

No menciono nada al respecto, mi hermano siempre ha sido un niño chiflado, desde que sintió como todos están a tu lado por tener dinero siempre demuestra que es alguien con dinero. Quisiera que supiera lo que cuesta mantener sus lujos. Pienso en la idea de mi madre y él no es apto para ella, su sonrisa no brillará al lado de alguien como mi hermano.

Pero tampoco puedo defraudar a mi hermano que siempre ha mencionado su boda con ella como lo más preciado.

Cuando me di de cuenta mi madre ya no estaba a mi lado y el amanecer se veía hermoso, mi día ajetreado me hace olvidarme de esos ojos grises y de esa sonrisa tan bella. Gea, su nombre es lindo al igual que ella. Solo que debo de olvidarla y dejar a un lado cualquier sentimiento que se haya implantado sobre mí.

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¿Está bien hacer esto?

¿No sentirá que soy un lunático?

Richard me miraba enojado, pero no le quise hacer caso. Esperaba poder ver de nuevo a esa omega, pero parecía que había desaparecido, suspire un poco mientras la enfermera que me atendía terminaba de vendar mi brazo. Apenas si sentía dolor, no era nada que se lograra comparar. Puesto que mi decisión de querer ver a Gea era más grande.

Cuando la enfermera dejo el área en el que estaba, Richard se puso enfrente mío.

— ¿Borraste la grabación de las cámaras? —.

— ¿Qué diablos te ocurre, Wyatt? ¿Acaso es normal que quieras atentar contra tu vida?, ¿pedir que te empujen por las escaleras?, ¿es eso en serio? ¿No razonas bien?, ¿acaso esa omega te ha engatusado? No puedo aceptar que salgas con una cazafortunas —.

Lo miré después de tanto, tome su camisa enojado por lo que decía de ella. Ya que Gea tiene la imagen más pura e inocente, ella no sería capaz de hacer dichas cosas. Parece ingenua y su comportamiento dulce no me mentiría.

— No se te ocurra volver a decir algo así de ella, ¿entendiste? —.

— Señor, mírese. Está tomándome la camisa con solo una mano por haberse fracturado su brazo, cree que me da miedo en este momento. Se ve débil —.

— Disculpe, si va a pelear que sea afuera del hospital, de lo contrario llamaré a seguridad para que lo saquen de aquí —solté a Richard empujándolo y golpeando su pecho, gire mi rostro enojado y aquellos ojos grises me miraban con miedo— Diosa —.

Sus labios temblaron y bajo su rostro para no mirarme a los ojos, ¿acaso seguía teniendo nervios a mi lado?, me puse de pie y camine hacia ella poniéndome enfrente suyo. Era hermosa con su uniforme de enfermera, el color lila parecía quedarle bien al igual que el recogido que tenía junto con su sombrero.

— Lo siento, no fue mi intensión estar creando problemas en tu área de trabajo —.

Alzo su mirada y sentí un cosquilleo en mi pecho, el puchero que hacía en este momento era lo más lindo que había visto.

— Se desarregló el vendaje, señor, ¿puedo? —.

— Adelante —.

Me quedé embelesado mirando la belleza que ella desprendía al estar concentrada, la leve sonrisa que mostraba se quedó grabada en mi memoria. ¿Qué debía hacer? Si la dejo ir será casada con mi hermano, ¿ella recordará lo de esa noche? Pareciera que no tiene recuerdo alguno y solo es mi rango que la hace sentir nerviosa.

¿O será cierto lo que dice mi madre? Le daré miedo por mi aspecto tan intimidante. ¿Y si no soy de su agrado? Esto me dejará exhausto, pero verla me hace sentir que me ama o que siente algo por mí. Recuerdo el comportamiento de una omega y me enojo, es un comportamiento habitual en su rango.

— Listo señor, ¿hay alguna otra cosa en que pueda ayudarlo? —.

— Afuera — miré a Richard y él solo desapareció cerrando la cortina—. Necesito un abrazo de una omega, así será seguro que me recupere rápido —.

— ¿Seguro? No he leído algo que asegure eso, ¿no es un pervertido, señor? —.

— Nada de eso, es algo de mi rango, pensé que tú sabías de eso. Creo que dejaré en visto la mala atención en este hospital —.

Eso llamo su atención, por lo que me abrazo con rapidez, cerré mis ojos envolviéndola en mis brazos. Tanto quería esto, quería ser atendido por ella y verla antes de ocuparme en mi trabajo. Será una pesadilla no poder tenerla en este momento, pero estoy seguro de que será mía y debo de prepararme si quiero tener una luna de miel larga a su lado.

Me alejé triste de ella, Gea parecía sacar un comportamiento indebido de mí, algo que no había visto hace mucho y de lo cual puedo sentirme avergonzado. Ella se aleja de mí y puedo notar aquel sonrojo que parece encantador solo en ella, sale dejándome solo por lo que guardo silencio hasta que Richard aparece por la cortina.

— Te puede acusar por acoso cuando se dé cuenta de que has mentido —.

— ¿Por qué sigues hablando? —.

— ¿Por qué sigues siendo un estúpido? Son preguntas que siempre pasan por nuestras mentes. Unas que siguen sin respuestas —.

— Le mencionas algo a mi madre y te mando a matar —le sonrió antes de salir de aquella área y dejarlo hablando solo—. No quiero prueba de que estuve en el hospital por ella o de lo que pedí —.

Escuche su regaño, pero no me importo. Tenía más cosas importantes en las cuales pensar, tenía que adelantar trabajo de un año y verificar que en mi ausencia no ocurra algo, era complicado pensar si las cosas planeadas serán exitosas.

Era un caos.

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