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Cada golpe que doy en el saco de boxeo es por los recuerdos que se me vienen a la cabeza como una neblina de sucesos crueles. Uno de los principales es el daño que le estoy causando a Norma; ella debe pensar que no estoy interesada en ella, que la he olvidado por preferir irme con un hombre de dinero.

Noah, ese me mostró algo que no quería, no quería conocer su nobleza; no quería conocer su vida fuera del club, no quería que sintiera algo cada vez que ambos nos aprovechábamos de nuestros cuerpos, tampoco de que me engañara no es justo.

Ya, ya no puedo ser la persona que he fingido, durante años he sido la mojigata de Norma y ahora tengo toda la libertad.

Uno escala fácilmente siempre y cuando desconfíes, uno tiene que enfocarse en sus ambiciones, proyectos y de lo que te hará feliz, pero también tienes que ser un poco fría porque todo se gana con esfuerzos, pero si te pones a ser la buena samaritana, no tendrás nada más que golpes y golpes de la vida.

—Uuuyy… mira cómo está la muj