«Ring, Ring, Ring»
—Buenas tardes —respondió David la llamada.
—Necesito tener noticias sobre mi esposo, estoy segura de que eres la única persona que sabe a dónde está.
—No es así. Elliot se marchó y cómo me había pedido un tiempo para sanar yo decidí hacerlo.
—Es imposible que se haya marchado sin decirle a nadie ¿A dónde se fue?
—La separación de ustedes lo afectó directamente en su alma. La última vez que lo vi lo desconocía.
—Yo fui sedada y sacada de este lugar a la fuerza por una trampa en conjunto con mi padre. No hay tal separación, yo sigo siendo la esposa de Elliot, en este momento voy a poner a los abogados a que lo confirmen.
—¿Cómo es eso, no entiendo nada?
—Sí, algo tengo claro, son mis sentimientos hacia mi esposo, por eso he regresado.
—Había fotos tuyas entrando al altar y casándote con ese hombre Héctor.
—No me casé y jamás lo haría.
—Necesito que me ayudes a entender todo.
—Y yo que me ayudes a llegar con mi esposo.
—¿Qué sucedió?
Ella le contó con lujo de detalles