Capítulo 18: El Canto de la Sombra y el Fuego Interno.
Agnes
El aire del búnker, ahora una mezcla constante de ozono por su poder y el sudor de su esfuerzo incesante, era su atmósfera. Había dejado de ser una prisión para convertirse en un campo de batalla personal. Agnes no descansaba. El abandono de Amón, la herida punzante de su partida sin un adiós, se había transformado en un motor, una furia silenciosa que la impulsaba a superar sus límites físicos y mentales. Si él la había dejado, si la había considerado demasiado "vulnerable" para enfrentar la verdad, entonces ella le demostraría lo equivocada que estaba esa percepción con cada fibra de su ser. Su voz, un tesoro recién descubierto, era ahora una herramienta que probaba en la soledad del búnker, susurrando, luego gritando palabras al aire, maravillada por cada sonido que emitía, por cada vibración que sentía en sus cuerdas vocales.
—"Dimitri, siento que la energía me quema. No es como el dolor de antes, es… una combustión" —esc