Al despertar, me encontraba en los brazos de Akira y estaba aún dormido. Siempre se ve tan lindo mientras duerme. Besé su mejilla y me levanté. ¿Qué hora será? Tengo que ver a Kaori. Caminé lentamente sin hacer ningún ruido para salir de la habitación.
—¿A dónde vas, princesa?— la voz de Akira me asustó.—¿Estás conectado a mi?— pregunté, y rio.—¿Cómo te sientes?—Mejor, aunque aún no puedo dejar de pensar en lo que pasó con mi madre. ¿Dónde está ella?—Mandé a Jefferson a llevarla a otro lugar.—¿Por qué hiciste eso? ¿Pudiste hablar con ella?—Si, tal parece que se confabuló con Keita.—¿Qué? ¡Tengo que verla!