Kaori corrió hacia mí y trató de abrazarme, pero me lastimó.
—Lo siento, mamá— me soltó y me agarró las manos—. ¿Cómo te sientes?—Adolorida, pero bien — fijé mi mirada a Akira y se quedó quieto mirándome fijamente.—¿Papá? — Kaori le habló, pero Akira no respondió. Se veía extraño, estaba algo distraído, me puse muy nerviosa al ver su actitud.—¿Tú estás bien, Kaori?—Sí, mamá, estoy bien. Los dejaré a solas para que hablen, estoy segura que tú y papá tienen mucho de qué hablar.—Kaori… — se fue dejándonos a solas.Caminé para el sofá y me senté, necesitaba hacerlo, me dolía mucho estar parada.