—¿Se encuentra bien, Señorita?
—Sí, lo estoy. Gracias por haber interferido, aunque lo más probable tengas problemas ahora con Akira.—No podía permitir que sucediera eso. Permítame ayudarle—me ayudó a levantar.—Llévame a la casa, por favor.—Como ordene, señorita.Dio el día de la operación de mi madre. No había visto a Akira en la oficina, ni por ninguna parte. Le he dejado el espacio que quiere, sé que cuando está molesto siempre hace lo mismo, y estoy consciente que lo mejor es dejarlo solo. No puedo negar que siento las ganas de correr a su lado y besarlo. Quisiera arreglar las cosas con él, aún sabiendo que él fue quien se pasó de la raya.El médico nos informó que la operación fue todo un éxito. Me encontraba mu