—¿Quieres empezar primero, cariño?— le pregunté.
—Para eso tenemos que irnos de aquí— salimos de la habitación de Kaori y nos fuimos a nuestro cuarto.—¿Serás directo, querido?—¿Desde cuando hablas con tanta confianza con Kazuo?—Desde que empecé a trabajar en el Hotel.—Parecían grandes amigos.—Digamos que tenemos varias cosas en común.—¿Cómo qué?— se acercó.—Gustos.—¿Qué tipo de gustos?—Verás que el día que nos conocimos fue el día de la fiesta, y estaba desesperado buscando a la trepadora de su mujer, y yo buscando al perro pervertido de mi marido, que estaba en los brazos de otra. Desde ese momento nos acercamos más de