El anhelo de la Materia Oscura.
-----O-----
La naturaleza del comportamiento humano es fascinante y enigmática, una persona que conoces de toda la vida puede pasar de estar rodeado de amigos a que una cuerda borde su cuello sin dar la más mínima señal.
Mientras viajaba rumbo a la casa de mi mejor amigo mi cerebro me atormentaba con interrogantes < ¿Por qué no me di cuenta antes? ¿Acaso dio una señal de cómo se sentía? > intente buscar evidencia en mis recuerdos, pero no logre encontrar nada.
Estaba desesperada, mis padres no podían llevarme porque estaban ocupados y solo podía depender del transporto público que estaba yendo más lento que nunca en la vida ahora. Mi pierna temblaba de la ansiedad y para intentar controlarla hice algo peor, observe los mensajes en el chat de mi mejor amigo otra vez–. Solo tengo recuerdos de él pasándola bien cuando nos vimos ¿Qué fue lo que le ocurrió? ¿En qué momento?
El último mensaje que me había mandado él era corto, pero contundente “Ya no lo soporto más. Me quiero suicidar” luego de eso no obtuve más respuesta. Por si solo el mensaje era bastante problemático, ya que no fue mandado en un contexto de broma, sonaba serio por todos lados; y eso ni siquiera era lo peor de todo.
La hora del mensaje decía que fue enviado ayer a la tarde, hace más de 24 horas para ser exactos <No es mi culpa, yo me encontraba trabajando, no vi el celular> intentaba justificarme < ¿Por qué me mandaría ese mensaje justo ahora? Sabe que no uso el celular cuando trabajo> lo peor es que cuando llegue a mi casa después del trabajo me encontraba tan cansada que tampoco mire los mensajes que me llegaron, no hasta hoy a la mañana y recién ahora pasado el mediodía que pude tomar rumbo a la casa de mi mejor amigo esperando que no se hubiera hecho nada malo.
Después de su mensaje los siguientes llegaron al día siguiente, se trataba de más de diez notificaciones de llamadas a las que no me atendió. Seguido le envié mensajes en mayúsculas diciendo cosas como “¿ESTAS BIEN?”, “NO HAGAS NADA, VOY EN CAMINO” y así seguían; todos enviados, le llegaron, pero no tuve respuesta. Su última conexión fue después de que me enviara eso.
Luego de observar más el chat me surgió una ira interna < ¡Hoy falte al trabajo sin avisar, así que más vale que no hayas muerto! Idiota> me sentía muy impotente, tenía tantas ganas de llorar. Mi celular cayó en las piernas y me tape los ojos con ambas manos para no romperme en el colectivo lleno de gente <No soy una buena mejor amiga, no tendría que considerarme una>.
Intente comunicarme con su madre también para ver si podía saber algo, me daba rabia recordar su voz tranquila cuando contestó mi llamada hace pocas horas. Por el tono de su voz podía deducir que mi llamada la había despertado, le pregunte sobre su hijo y me contestó que no sabía nada. Ayer al mediodía ella salió a trabajar y a la noche se quedó en el departamento de su pareja, no había visto ni hablado con su hijo después de eso; cuando le pregunte porque no insistió más en hablarlo después de que no le contestara al principio, solo dijo que su hijo tiene 20 años y puede cuidarse solo.
No le dije lo que sucedió y al escuchar eso último tampoco tuve ganas de continuar hablando con ella, me daba la impresión de que no llegaría a ningún lado aunque lo intentara.
Ambos nos conocimos en el primer año de secundaria y ahora cada uno estaba entrando en su tercer año de universidad, no nos veíamos tan seguido debido a la distancia. Para ir a su casa tenía que tomarme dos colectivos, el mismo recorrido que había hecho incontables veces, ahora se sentía más largo que nunca.
Una vez que logre llegar a la parada me baje y salí corriendo, el segundo colectivo me dejaba dentro de su barrio, a cinco cuadras. Poco más de 500 metros que parecieron kilómetros interminables, hasta que por fin, por fin, logre llegar a la puerta de su casa.
Me detuve solo un segundo para tomar aire aceleradamente y seguido empecé a tocar las palmas, ese fue el momento en el que mi corazón más se aceleró porque de aquí en adelante solo podía haber dos resultados: o mi mejor amigo abría la puerta o nadie lo hacía.
Tenía que hacerlo a pesar del terror que me causaba, tenía que abrir esa caja y rogarle al universo de que el gato dentro no estuviera muerto. Sin embargo, algo que aprendí es que el universo es un maldito en los momentos menos oportunos y eso me daba más miedo.
Dejé de tocar las palmas y no ocurrió nada, la puerta permaneció cerrada delante de mí. –¡NO! ¡NO! ¡NO! –Mi cerebro empezó a imaginar el peor resultado y me odie a mí misma por eso. Me imagine viendo el cadáver, en el funeral, todos llorando.
Esa situación hipotética hizo que rompiera en llanto, las lágrimas brotaron de mis ojos para desliarse por las mejillas y me negué a aceptar esa idea. Tome fuerza y volví a tocar las palmas, esta vez mucho más rápido y fuerte como si eso pudiera hacerlo salir. –Quizás solo está durmiendo, tengo que despertarlo –me dije, aunque sabía que él era la persona con el sueño más liviano que conocía.
Tuve que detenerme por segunda vez luego de un rato cuando me di cuenta que no estaba obteniendo resultado, se sintió de lo peor, fue devastador, quería alejar de mi ese futuro con mi mejor amigo muerto, pero este no paraba de aferrarse a mí con más fuerza.
Me ahogue con el propio aire que respiraba, mi corazón muy acelerado y mis brazos cubriendo mi temblorosa boca. Todavía podría gritar su nombre, hacerlo despertar si estaba durmiendo. –¡LAUTARO! –grité una primera vez, aunque nada ocurrió. Entonces tome más aire y prepare mis cuerdas vocales para dar un segundo grito todavía más fuerte.
No obstante, antes de hacerlo una voz susurró detrás de mi hombro. –Eu, tú debes ser Jade –me dijeron. Reconocí esa voz al instante, me voltee y lo vi.
Un poco más alto que yo, cabello castaño oscuro y ojos cafés. Estaba de pie y parecía sin ninguna lesión a simple vista, la sensación de tranquilidad fue como liberar un océano de mi interior, mis ojos ayudaron en eso porque la cantidad de lágrimas se intensifico solo que esta vez no era de tristeza sino felicidad.
–Lautaro –volví a decir su nombre antes de lanzarme para abrazarlo del cuello. Me pareció muy extraño que él no correspondiera mi abrazo, nunca suele desperdiciar una oportunidad para abrazar a alguien. Ignoré ese detalle y recosté mi hombro sobre su cuello–. M****a como me preocupé, me preocupé muchísimo.
Luego de un rato me separe de él para observarlo, pase mis manos por su rostro solo porque quería asegurarme de que era real y estaba bien. –¿Estas bien? ¿Qué fue lo que sucedió?
–Jajaja tranquila, está todo bien ¿Te refieres al mensaje verdad? Fue solo una tonta crisis momentánea pero ya se me pasó –al decir eso su ojo izquierdo parpadeó una vez de más. Se trata de un micro gesto suyo que aparece cuando está mintiendo.
<Lautaro es la persona más sincera que conozco, él prefiere no decir las cosas antes que mentir ¿Por qué lo está haciendo ahora?> mis emociones se transformaron en duda. –¿Estás seguro de que estas bien? No hay nada de malo con no estar bien, todo lo contrario.
–Eu, ya lo sé, pero como te dije no tienes que preocuparte. –Sonaba y actuaba tan calmado y sereno que comparándolo con la situación que imaginé me sentía como una loca–. Discúlpame por eso, puedes irte.
Tome un poco de distancia <Que extraño él nunca suele desperdiciar una oportunidad para pasarla con sus amigos> fue entonces que escuche el sonido de una gota caer al pavimento de la calle. Rápidamente mis ojos apuntaron al origen del ruido, en efecto se trataba de la gota de algún líquido pero la luz del sol revelo que era de color rojo; se encontraba a un lado del pie de Lautaro asi que levante la vista solo para concluir que cayó de su mano.
Mi mejor amigo hizo el mismo movimiento con los ojos que yo y cuando llegue al resultado él no tuvo palabras, me acerque para agarrar su brazo y bajarle la manga. Me tape la boca con una mano cuando lo vi, las palmas que no usó para abrazarme y que tenía ocultas de mi vista estaban llenas de sangre.
–¡Me acabas de decir que no me preocupara! –le recriminé aun sosteniendo su brazo y dejando caer su sangre. Pase mi otra mano por sus muñecas y no logre sentir ninguna herida.
Sin complicaciones a él le bastó un solo movimiento para librarse de mi agarre, es mucho más fuerte de lo que recordaba, y levantó ambas manos ensangrentadas como si las exhibiera para mí. –Si, tranquila. Esto tiene su explicación.
Ahora me encontraba escéptica y con los brazos cruzados, mi mejor amigo acababa de mentirme descaradamente sobre un tema tan serio como esto. Analice otra vez su cuerpo de arriba abajo para percatarme de que no estaba lastimado y llegue a una conclusión. –Entonces explícame.
–Eu, es verdad que me sentía mal por eso salí a tomar aire. –Hizo un segundo de silencio–. Caminando por aquí cerca me encontré con un perro quise intentar ayudarlo y por eso me manche de sangre, no es mía.
Mi concentración se desvió de este tema a otro cuando lo escuche hablar. Mi cuerpo reaccionó antes que mis palabras y ya estaba caminando a su lado cuando hablé. –¿Dónde está? Hay que ayudar a ese animal herido. –Los animales eran mi debilidad.
Sin embargo, no pude darle la espalda a Lautaro cuando repentinamente me tomó con mucha fuerza de la muñeca. Me llamó la atención la fuerza que usó y me voltee para mirarlo preocupada. –Ya no hay caso, incluso yo lo encontré tarde. Ya está muerto Jade.
¿Ese era el precio a pagar? La vida de un pobre animal indefenso que quien sabe por lo que tuvo que pasar a cambio de la de mi mejor amigo, debería sentirme bien al respecto pero aun asi tenía un dolor en mi pecho.
–Te recomendaría que no vayas por esa zona, va a comenzar a haber olor a descomposición.
–Entonces mínimo tenemos que enterrarlo. –Quise mover mi brazo para soltarme de su mano aunque era sorpresivamente fuerte, no logre hacerlo y no fue hasta que él se percató que me liberó–. ¿Estuviste haciendo ejercicio?
Su ojo izquierdo parpadeó una vez de más y soltó una sonrisa incomoda. –¿Tan obvio era? ¿Te parece si mejor vamos dentro de mi casa?
–Pero el perro.
–Eu, vamos. –No podía creerlo, termine sucumbiendo ante sus palabras y lo seguí dentro de su casa. Su jardín delantero tenía un muro de ladrillos y una puerta de reja negra, primero abrió esa antes de llegar a la segunda puerta la cual empujo para pasar.
<Estaba entreabierta ya> me pareció curioso eso.
Dentro de su casa todo parecía “normal” nada raro para destacar. Es un lugar grande, más que la mía, el living es un rectángulo y hay varios sillones a los costados en las paredes, una mesa con sillas, otro sillón, un gran televisor y muchas plantas. –Mi madre no está –dijo él acercándose a la mesa para correr una silla y que me sentara.
–Lo sé, hablé con ella antes de venir para aquí. –Él cruzó una barra y fue a la cocina que estaba del otro lado.
–Si tampoco le he visto ¿Quieres comer algo?
–No gracias, pero si me gustaría hablar sobre lo que te pasó. Me preocupe muchísimo al leer ese mensaje.
De la heladera sacó una botella con gaseosa que se sirvió en una vaso antes de sentarse a mi lado. –Soy consciente que exagere un poco con el mensaje, no te preocupes. Estoy bien –dijo dando un sorbo.
– ¿Y porque no contestaste mis mensajes o llamadas?
–Como te dije salí a caminar y deje mi dispositivo aquí, lo siento. No tendría que haberlo hecho.
Con mi mano derecha me agarre el antebrazo izquierdo, estaba algo nerviosa por este tema todavía–. Hmm no sé si debería contarle esto a los demás.
– ¿Hay más? –Pareció sorprenderse de sobre manera que incluso casi se ahoga con la gaseosa.
–Pucha que tonto jajaja sé que no nos juntamos o hablamos mucho pero todos somos tus amigos Lautaro.
–Eu creo que sería mejor que no les digas. No quiero preocuparlos por nada como a ti.
–Este es un tema serio, si te sientes mal me gustaría poder ayudar antes de que hicieras algo irreversible.
-----O-----
El sol ya estaba ocultándose para cuando la puerta blanca se abrió y Jade salió al patio delantero, en la vereda la esperaba un taxi. –Adiós Lau, mañana no iré a trabajar y vendré de vuelta. –Ella pareció notar la expresión en el rostro del joven por lo que agregó–. Esa es la condición para que no le diga a los demás.
–Solo espero que tu jefe no te eche del trabajo por faltar.
Ella terminó de subirse al auto. –Lo entenderá. –Acto seguido cerró la puerta y un momento después el chofer arrancó para irse.
El joven hizo lo mismo para regresar a estar solo en casa, cerró la puerta y apoyó la espalda en la pared mientras dejaba salir un suspiro. –Que ser tan contradictorio, si tanto se preocupaba por este joven podría haber reaccionado a tiempo para evitar su muerta.
Reincorporándose caminó un poco por el living hasta detenerse en un espejo de cuerpo completo reposando en la pared. –Igual está bien, si ella lo hubiera hecho nosotros no podríamos estar aquí ahora ¿No te parece?
El reflejo proyectado en el espejo soltó una sonrisa, una grande y burlona lo cual dejó confundido al joven. –Me agrada ver eso, parece que también te divertiste con su visita.
La imagen reflejada bajó la mirada. –Idiota, espero que estés disfrutando esto. Disfrútalo cuanto puedas porque mientras sigas haciéndolo te distraerás. –Los ojos de ambos se conectaron; uno transmitía ira y el otro serenidad–. Y cuando eso suceda aprovechare para volver a tomar el control y te llevare hacia ellos.
El joven blanqueó los ojos y se dio media vuelta en el bar para mirar a la cocina, solo que para su mala suerte la puerta del microondas allí era un espejo. –Deberías aburrirte de esto ya, quizás conocer a esos otros “amigos” ayude a que te des cuenta de la realidad. A parte no le estoy causando problemas a nadie estando aquí.
Desde el microondas el reflejo frunció el ceño. –Tu intromisión en esta realidad podría descarrilarla de su Horizonte de Sucesos, pero sé que a los de tu tipo eso no les importa y por eso existimos nosotros.
“Lautaro” hizo un gesto con su mano para restarle importancia. –Que exagerado por favor, si eres asi de aburrido y serio siempre con razón no tenías amigos.
–Eres una amenaza que debe ser controlada.
–¿Asi es como ustedes ven a mis congéneres y a mí? Yo solo quiero experimentar lo mismo que todos los seres consientes y no causare ningún daño aquí… espero.