Estaba hirviendo y el termómetro mostraba que tenía 39 grados. Me sentí furioso, así que bajé nuevamente en busca de ese tipo. Él abrazaba a su novia y esto fue lo que hizo que me pusiera peor.
—Escucha — empujé a Anna y lo sostuve por la camiseta —en estos momentos la mujer que consideras una amiga se encuentra pidiendo por ti. No es por su hermano, por Devika o por mí; es por ti exclusivamente. Así que vas a dejar a esta loca de lado e irás a ver a la Princesa del Zoco, no es algo que se encuentre a discusión.
—Selim no tiene ninguna responsabilidad de estar cuidando a esa mujer, su deber es estar a mi lado.
—Tú cállate y ve a nadar.
La empujé a la piscina y el agua nos salpicó, justo por eso era que no me gustaba juntarme con las personas. Habían algunas que eran más que brutas y aquí tenemos el perfecto ejemplo.
—Ve a ver a esa mujer que se encuentra en cama por la loca que te has conseguido como novia. Si pidiera por alguien más, créeme que no estaría acá.
—Pero…
—Suficiente, tra