—Estoy seguro de que el padre Daniels estaría más que feliz de ser su oficiante —coincidió mi padre.
—Voy a hacer las rondas. ¿Por qué no les cuentas a tus padres sobre el lugar? —sugirió Oliver. Besó la parte superior de mi cabeza y se fue a saludar a algunos de los que llegaron tarde.
La música ha