*Oliver*
—Señor, no puede entrar allí —advirtió uno de los guardaespaldas, agarrándome del brazo cuando comencé a acercarme a la casa de Gia.
Lo sacudí.
—No voy a esperar a la policía —siseé.
—La orden de alejamiento. Si entras allí, te arrestarán —me recordó.
—No si voy a rescatar a alguien. Tenem