El alba finalmente había llegado, y Adara ya se encontraba despierta. Estaba preparando todo lo relacionado a su concierto de beneficencia, que recaudaría fondos para una casa hogar para niños sin padres. Conocía a la madre superiora de ese lugar, una buena mujer a quien conoció en un momento de desesperada necesidad, cuando se quedó prácticamente en la calle estando embarazada y en aquella casa hogar encontró un refugio pasajero para no quedarse expuesta a los peligros de la calle.
En aquel entonces, había vendido la casa que durante un tiempo había sido su hogar junto a Héctor, y con ese dinero había pretendido comprarse una casa mas modesta para compartir con su hijo, y, por supuesto, había encontrado la casita perfecta, y su vendedor, una mala persona, se había aprovechado de ella. Sola, inexperta y a merced de cualquier persona con mala intención, termino cayendo en un fraude que le hizo perder todo su dinero, pues aquella casita que representaba su esperanza, resulto ser de alg