Episodio 4

Sin darnos cuenta, estábamos todos rodeados de los policías. Trato de ver donde podemos irnos, pero nada, no podemos correr a ningún lado.

Estamos rodeados por completo y eso era lo peor que nos podía haber pasado, más cuando teníamos que salir de aquí lo más pronto posible y esto nos estaba más que atrasando... Papá se molestara.

-¡Mierda! ‐ escupi molesta.

-Y ahora, ¿como hacemos?- pude ver como Tom estaba algo asustado.

- No se asusten, de esta salimos, porque salimos- nos tranquilizo, pero aun así teníamos algo de intranquilidad.

-Váyanse ustedes, yo me quedo- ellos me miraron extrañados, era muy extraño que yo me quedara como la carnada.

- ¿Enserio?- preguntó un confundido, Zac.

-¿Segura? Es que no queremos que nada malo te pase.

Ellos tenian sus razones, mas cuando mi padre se molestaba cuando yo hacía de carnada, porque podría pasarme algo y mi padre no le gustara saber que me hicieron algún daño.

-Que si, ahora váyanse- les dije casi gritándoles, no quería que los policías nos pillaran.

Vi en sus ojos como dudaban en irse, pero al final lo hicieron. Aunque sabía que no se irían del todo, ellos estarían cerca por si me pasa algo ellos ayudarme.

Los policías comenzaron a salir de sus patrullas y con sus armas me apuntaban, yo solo miraba con una risa malvada, menos mal y solo estaba yo, podría ser más ágil y salir de esta situación rápido.

- Cat girl, la tenemos rodeada no puede escapar- mire quien hablo y era uno de los amigos de Jacob, unos matiches de primera.

-Claro que no- sonreí y salí corriendo, todos los policías comenzaron a perseguirme, yo fui mas astuta me metí a un callejón y los policías pasaron sin darse cuenta de mi. Me puse a caminar por el callejón y sentí un arma en mi cabeza.

Por un momento me quedé quieta, pero no tenía miedo, mi padre siempre me enseñó que jamás demuestre miedo a nadie y ellos eran nadie.

-Quédate quieta- el que me apuntaba le temblaba la mano.

Primer error que tenia, jamás podían demostrar miedo a su oponente y este chico estaba más que fácil, es un imbecil.

-¿Tienes miedo, pequeño?- dije riendo, me gusta siempre jugar con mis oponentes.

-¡Quieta, dije!- la voz se le escuchaba asustada. Me voltee y que de frente a frente a Jacob.

Vaya y yo que dije que era un imbecil, era el pequeño Jewel, después me reprendere por meterme con un novato de policía.

- Hermoso conejito, tienes miedo- dije sonriendo malvadamente.

Lo vi tragar grueso, y el sudor que estaba bajando a montones por su rostro, los nervioso sentía que lo estaban matando.

-Yo no tengo miedo, soy un policía, ¿por qué tendría que tener miedo?- lo dijo con un miedo y inseguridad, que ni el se la creía... Este chico estaba que llora y yo no quiero estar aquí por si llora.

- Eso te digo policiita - me acerque peligrosamente.

-¡¡Aléjate!! - El se alejo más de mi con miedo, el no sabía que hacer y si mirada iba de un lado a otro, ni siguiera sabía que hacer, si dispararme o no.

-Vamos, se que quieres- volví acercarme más, quería jugar un poco con el, menos mal y no hablaba con mi voz normal, o sino se daría cuanta que era yo y era lo que menos quería.

-Te dije que te alejaras no escuchaste- mis ojos se abrieron como plato, cuando vi donde estaba apuntando y lo peor vino cuando tiro del gatillo, el muy hijo de puta me disparo en el pie.

-Imbécil - caí al piso herida y lo mire tenia los ojos cerrados, el muy cagado prefirió cerrar los ojos, antes de dispararme con los ojos abiertos... Ya lo comenzaba a odiar.

Antes de que Jewel abriera los ojos, sentí unos brazos que me alzaron y me ayudaron a salir de eso lugar enseguida.

-¿Estas bien?- volteo al escuchar quien me hablaba y era mi hermano Zachary, el me tenía en sus brazos y podía ver que estaba asustado, demasiado diría yo, más cuando ambos sabíamos que pasaría si nuestro padre se enteraba que me había pasado.

-Si, vamos- nos fuimos de allí sin que Jacob y sus secuaces se diera cuenta.

Subimos todos al auto y Zac salio de allí lo antes posible. Teníamos que llegar a casa rápido o esa bala podía coger otro rumbo y no era para nada bueno.

Cuando llegamos a la casa nos asustamos cuando vimos a nuestro padre esperando en el sofá, pero este al vernos se asombro y pidió enseguida que me pusieran a su lado, mando a

Zac a buscar el botiquín y lo demás para curarme.

-¿Estas bien? - por primera vez escuchaba la voz preocupada de mi padre y estaba más que sorprendida.

-Si, estoy bien no es nada- dije sin ningún interés, después de todo esto pasa a veces y como siempre Zac me cura y vuelvo a ser de nuevo yo.

Zac llego con un botiquín y se puso de rodillas para curarme la pierna, me levanto el pie lastimado y soltó un suspiro al ver como ya estaba.

-Vamos a curarte - saco unas pinzas y me fue sacando la bala, pero eso me dolía demasiado, era un dolor insoportable, tanto que quería llorar.

- Me duele - trate de quitar el pie, pero el lo sostuvo con fuerza, para que no lo retirara.

-Cálmate, tenemos que sacar la bala o si no de nada servirá y se infectara la herida - el siguió curandome a pesar de estar gimiendo del dolor.

-Toma mi mano- Thomas se acerco y me extendio su mano para que lo tomara. Tome su mano y la apreté, lo tuve que apretar muy duro porque pude escuchar que el se quejo - cálmate- me sobo la cabeza.

Me sacaron la bala y me curaron la herida, me pusieron una venda y me acostaron en el sofá y mi padre pregunto.

- ¿Quien te hizo esto? -

-Se lo hizo Jewel Junior - contesto enseguida Tom, como siempre de sapo.

-¿El hijo de Jewel?- asentimos.

Mi padre no se llevaba demasiado bien con los policías, a veces los trataba porque era un hombre reconocido y era uno de los mejores magnates que existían y lo bueno era que nadie sabía que tenía hijos, ya que no quiere ponernos en el ojo del huracan.

-Tengo una misión para ustedes- lo miramos - Quiero que se acerquen al hijo de Jewel y se hagan su amigo y tu hija enamoralo y cuando se enamore lo dejas - todo asentimos sin ningún problema.

Lo que menos quería ahora era que mi padre se molestara, más de lo que ya estaba, así que solo tenía que obedecer.

-Vamos a dormir, ya - nos hablo Tom.

Miro a mi hermano y estaba muy serio, era muy extraño verlo así, eso solo tenía un significado, no le había gustado para nada lo que nuestro padre había pedido.

-Si hay que descansar y mas tu, Jenna, mira como estas- hablo Zac, nos fuimos a nuestras habitaciones y Zac me ayudo a entrar a mi habitación y me ayudo a acostarme.

-¿Te vas a bañar?- asentí - ten cuidado - el salio y yo me fui a bañar.

Salí del baño, me cambie y me acosté en la cama y me quede dormida enseguida.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo