POV SEBASTIANO
Las calles pasaban como un borrón a medida que conducía sin un destino fijo, con la mandíbula apretada y el corazón golpeando con una furia incontrolable. La confesión de Agata aún resonaba en mi cabeza, cada palabra clavándose como un puñal en mi mente.
"Solo sé que la llevarían lejos, a las afueras."
Eso significaba que Mia seguía viva. Pero ¿por cuánto tiempo? ¿Qué le estaban haciendo en este momento?
Mi agarre en el volante se hizo más fuerte. El cuero crujió bajo la presión de mis manos. Había estado al borde de matar a Agata, y no me arrepentía. Si ella no me hubiera dicho lo que sabía, la habría ejecutado allí mismo sin pensarlo dos veces.
Pero ahora, el tiempo era mi enemigo.
Marqué de nuevo a Dario, impaciente.
—¿Tienes algo?
—Aún no —respondió con un tono grave—. Estamos revisando las rutas más comunes para el tráfico de personas y las propiedades que podrían estar usando en las afueras de la ciudad. Pero esto va a tomar tiempo.
—No tenemos tiempo, Dario —gruñ