Salir del baño y empezar a vestirnos sabiendo lo que pasó anoche y hace rato me hace sonreír cada vez que lo veo, simplemente me siento emocionada y me siento eufórica, como si nada me pudiera detener. Él me dedica sonrisas pícaras, miradas salvajes y por momentos siento que me ve como si aún estuviera desnuda. Salimos de la habitación dispuestos a ir a desayunar con Óscar y Cat, me ofrece su brazo y me tomo de el con gusto.
—Entonces… ¿tenemos un trato?— no puedo evitar sonreír de forma descarada, de nuevo esas imágenes de anoche y en la regadera regresan a mi cabeza, si eso no confirma el trato entonces no sé qué lo hará.
—Así es señor Nikolai— lo veo de reojo y noto como me voltea a ver con una sonrisa de oreja a oreja.
—Muy bien señorita Samantha, me siento