Lara, se quedó con la vista fija en él, quién comenzó a reír como demente.
-¿A qué estás jugando, querida?- le preguntó con burla.
-¿Te parece que estoy jugando?, ¿Ah?
- Claro que estás jugando- dijo en tono de fastidio.
- A mí no se me hace ningún juego que te metas a la cama con ésta perra.
-Señor. . . por favor, dígale que no mate- lloró ella- No quiero morir.
-Ese es un grave error Rosetta, todos nacemos para morir algún día, al parecer llegó el tuyo- Lara se percató de que cinco hombres la apuntaban, fijamente sin dejar de hacerlo ni por un instante. Era obvio que ella no estaba pensando matarla, y era aún más obvio que la pobre mujer no significaba nada para Giovanni, al contrario, él parecía disfrutar mucho