Esta vez soy yo quien lo besa dejándome llevar por el impulso de mantenerlo callado y saciar este deseo repentino que despertó en mí. Tiro de su cabello un poco haciéndolo gruñir, una de sus manos libera la mía y desciende por mi brazo lentamente, hasta llegar al costado de mi cuerpo, lentamente traza el recorrido hasta uno de mis pechos y en ese momento la alarma suena en mi cabeza y lo empujo de golpe, liberando mis piernas y separándome de él.
- Listo... los apuntes por favor...-
Digo seria con la respiración algo agitada, él sonríe de lado y niega con una sonrisa lobuna en los labios, se gira y toma unas hojas de su mochila que descansa en el suelo cerca de la puerta, me la tiende y antes de que pueda tomarla la retira y susurra con arrogancia
- Admite que te gusto...- dice, pero comienzo a reir y le espeto
- Ni en un millón de años...-
Digo caminando en