Capítulo dieciséis

ÓLÁFR

El arrullo que sopla mi padre cesa, el fuego de la fogata se vuelve más pequeño. Ceñudo, atisbo su sonrisa.

—No te asustes, hijo mío. En este sitio no hay casi ventisca, es un milagro que una pequeña brisa nos haya acariciado.

—¿Qué? —susurro afligido.

Sus orbes como el agua se posan en mi gesto.

—Has vuelto —aclara. Sacudo la cabeza—, te fuiste y volviste. Sabía que te tendría a mi lado.

Me levanto con las rodillas flaqueando, ¿qué está pasando? Paso los ojos por el alrededor, estamos en el bosque, el que está cerca de casa. Me analiza, confundido. No debería estar aquí. Yo… yo tendría que estar junto Ariana, en la cima de la montaña más alta, a la espera de salir de una tumba. No. Ya habíamos salido, ella encontr&oac

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo