El peligro de una propuesta peligrosa, me hace salir de mis pensamientos para alejar mi mano de su toque y caminar hacia mi bebé. Mientras lo hago, Augustus Javier sonríe con su mirada, como si estuviera cansado.
— Creo que ya podemos irnos — digo y él asiente.
— Claro, vamos. Lo que quiero lograr, debe ser con paciencia.
— ¿Qué planeas hacer, Augustus Javier?
— Nada. No debes preocuparte porque quiera hacerte daño.
— No creo que sea ‘nada’. Tienes algo en mente, Augustus Javier y te lo diré ahora, para que no gastes tu energía en un imposible.
— ¿Qué es imposible para mí? — pregunta Augustus Javier sonriendo.
— Yo, por supuesto. Si estoy contigo, es porque eres un beneficio para mí y no porque quiera estar contigo o me gustes. Recuerda nuestra relación, Augustus Javier, estamos juntos porque resultamos beneficiosos para el otro, nada más.
— ¿Lo dices por lo de llamarte señora Delacroix?
— Sí, nunca lo he sido, ni quiero serlo.
— Eres extraña, Kim. Todas las mujeres y hombres, en m