Sabía lo que estaba haciendo. Pero, no podía ayudarlo. Ya era momento de retomar nuestras vidas y eso no lo haría siendo una ama de casa a tiempo completo. Moriría estando encerrada, cuando me acostumbre a estar trabajando. Simplemente, no puedo.
— Kim, quiero que comprendas que yo te admiro.
— Eso no es suficiente — le digo de inmediato.
— También te admira: mi madre, Asher y Lucía. Eso es bastante, ¿no crees?
— No voy a estar encerrada aquí, Alessandro. Antes de embarazarme, tenía una vida que tenía pensado seguir, aun siendo madre y tú, no me vas a hacer cambiar de opinión.
>> Si quieres una mujer que quiera estar en casa o de compras, debiste fijarte en Lucía o alguien como ella. Lu, sin duda, se derretiría si le propones eso.
— ¿Qué me van a proponer que me va a derretir en este invierno? — pregunta Lu entrando a la casa.
— La oportunidad de tener tarjetas ilimitadas y estar en casa o donde quieras relajada.
— Vaya, esa sí que es la vida que quiero. ¿Qué hombre quiere darme tod