Dos días después
A las 10 a.m., Dereck caminó hacia la habitación de Martha y tocó suavemente la puerta. Cuando ella abrió, él dijo:
—Es hora de que vayamos al hospital.
—¡Vaya! ¿Por el ADN? Claro—, dijo Martha, girándose con una sonrisa.
—¿Ya te has bañado?— preguntó Dereck.
Martha volvió a mirarlo