—¿Y qué hay de sus manos y piernas? ¿Estarán bien también? No quiero que los médicos digan que les cortarán las manos a los niños—, dijo Martha, todavía llorando.
—No creo que el accidente sea tan grave. Los niños estarán bien—, respondió Dereck, permitiéndole sollozar sobre su ropa.
Dereck miró a P