—Primero vayamos al hospital —dijo Paola.
Unos minutos más tarde, Paola y Lily salieron del garaje subterráneo y entraron al hospital. Preguntaron por la habitación de Dereck, pero pronto se dieron cuenta de que ya era noticia dentro del hospital: Dereck había desaparecido.
Más temprano, el médico que lo atendía había entrado a revisar su estado, solo para descubrir que la habitación estaba completamente vacía. Hasta ese momento, el hospital había mantenido la desaparición en secreto, temiendo las consecuencias y la responsabilidad que recaería sobre ellos.
—El Sr. Dereck ya no está aquí —respondió la enfermera a la que Paola le preguntó por Dereck.
—¿Ya está mejor? ¿Cuándo se fue? —preguntó Paola, confundida.
—No lo sabemos. Nos dimos cuenta esta mañana de que ya no estaba en su habitación. Nadie tiene idea de dónde está —respondió la enfermera con evidente preocupación.
—¿Acaso no tienen cámaras de seguridad? Vayan a revisar las grabaciones y avísenme si salió por su cuenta —exigió