Todo el proceso se había completado y ya eran casi las once.
Mariana y Milena se tomaron el día libre para llevar a la abuela en coche de vuelta a casa.
Resultó que Nerea había venido sola en autobús, lo cual sorprendió bastante a Mariana.
Sin embargo, en el camino, Mariana seguía diciéndole: —En el futuro, no salgas sola, especialmente si no hay nadie contigo. Es peligroso.
La familia Guzmán era de la alta sociedad, y Nerea tenía una reputación impecable en la sociedad. Si alguien malintencionado pusiera sus ojos en Nerea, podría amenazar fácilmente a toda la familia.
—Sí. Antes siempre estabas a mi lado, y ahora ya no —dijo desde el asiento trasero del coche, visiblemente molesta mientras tocaba su celular una y otra vez.
Mariana miró hacia atrás y dijo con resignación: —Abuela, tienes al ama de llaves.
—¿Y para qué sirve? Es solo un mayordomo, no es mi nieta—respondió, guardando el celular y cruzándose de brazos, visiblemente enojada.
Mariana guardó silencio por unos segundos. —En f