Jenny.
Después de un desayuno encantador y lleno de risas, Carlos se ofreció amablemente a llevarme a mi departamento. El sol matutino comenzaba a bañar la ciudad con sus cálidos rayos, y el aire en la calle era fresco y prometedor. Eran poco más de las siete, y el inicio del día me parecía tranquilo y sereno.
— ¿Por qué no subes? — le sugerí con una sonrisa, sintiendo que no era apropiado dejarlo esperando en la puerta mientras me dirigía hacia el ascensor. Su presencia había sido un respiro agradable, y quería aprovechar la oportunidad para disfrutar su compañía un poco más.
Cuando llegamos, nos encontramos con Amelia preparándose para salir a trabajar. Al vernos entrar juntos, su sorpresa fue evidente.
—¡Carlos! ¿¡Jenny!? No esperaba verlos juntos —exclamó, su voz llena de sorpresa y curiosidad.
—Te explicaré todo cuando regrese, estoy un poco atrasada para la universidad —dije rápidamente mientras me dirigía hacia mi habitación.
Amelia, con su curiosidad desbordante, no pudo resis