~Sebastián~
La sorpresa en sus ojos solo me demostró cuánto la había ignorado, cuánto la di por hecho , y cuánto había estado aguantando sola todo este tiempo, que hasta una simple propuesta como esa la dejaba sin palabras.
Me fulminó con la mirada, pero esos ojos nublados le quitaban el poder a su enojo y la hacían verse como una gatita lastimada. Su carita y sus mejillas rojas hicieron que se me ablandara el corazón.
No quería volver a ver el dolor en sus ojos. Solo quería quitárselo, como fuera.
Incliné la cabeza, acercándome para besarla.
—Si te atreves… —me dijo Scar entre dientes, furiosa, y alzó la mano para darme una cachetada. Le agarré la muñeca suavemente, y le susurré al oído.
—¿No ves que ella sigue mirando?
Scar dudó por un segundo. Esos ojitos brillosos y nerviosos miraron hacia la puerta, y aproveché el momento para rozar mis labios con su cuello, justo ahí, en ese rincón suave que me tenía obsesionado.
Un beso robado. Pero el más dulce de todos.
Me quedé ahí un momento